Opinión: Crónica de una Muerte Corrupta
-Silencio. Angustia. Impotencia. Los minutos más largos que familias enteras han vivido en años.-
19 de septiembre del 2017. 13:14 horas. Delegación: Tlalpan. Colegio Enrique Rebsámen.
El suelo comenzó a sacudirse, las paredes parecen caminar. Gritos. El techo parece cobrar vida. Hasta que cae. 27 personas, entre ellos 19 pequeños, víctimas de un desastre, y aún peor, víctimas de quienes juraron protegerlos.
Entre hace 12 o 15 años el colegio se expandió para ser una primaria y secundaria comprando un lote que antes sería un taller mecánico. Posteriormente le sería clausurada la construcción del cuarto piso de su edificio por irregularidades. Pero conocemos lo flexible que puede ser el gobierno mexicano, y gracias a una pequeña “multa” las obras pudieron continuar. Eso no es todo, para terminar con esta feria de mentadas de madre: la directora vivía en una casa situada por encima de la misma escuela. Algo que evidentemente no está permitido en el uso de suelo de una escuela.
Podemos ver en diferentes videos del suceso que había sujetos demandando la salida de todo aquél que se encontrara dentro del colegio por una fuga de gas de un tanque que, debido a lo previamente mencionado, sabemos que en primer lugar nunca tuvo que haber estado ahí.
Culpar a otras administraciones corruptas, al Instituto de Verificación Administrativa del CDMX de poco va a servir. Que si bien, NADIE hizo su trabajo y TODOS tienen responsabilidad, la mayor culpa recae en el egoísmo de una servidora social como lo es la directora de una escuela. Por su parte, no hay manera de defender a las administraciones anteriores de la delegación que concedieron permisos al por mayor. Por último, el Invea, ellos tampoco fueron lo suficientemente correctos al no denunciar las irregularidades A TIEMPO, y aunque, no puede hacer suspensiones de obras por sí mismo, pudieron haber denunciado las irregularidades con más potencia.
Hoy no nos queda más que el luto y la esperanza de que se haga justicia. Mónica García Villegas, la directora, no ha asistido a declarar a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) sobre las acusaciones en su contra.
Derivado de una denuncia interpuesta por el Instituto de verificación administrativa (Invea), a la directora se le acusa de presuntamente presentar documentación apócrifa a fin de edificar su departamento arriba de la escuela. A demás de que se le encuentra relacionada por el homicidio culposo de los niños y adultos en las instalaciones de su propiedad. *
Ella aún tiene otro citatorio al cual está obligada a asistir, de no hacerlo se interpondrá un orden de aprensión en su contra.
12 de julio del 2017. 5:56 horas. Kilómetro 93 del Paso Exprés de Cuernavaca.
Padre e hijo se dirigen a su destino matutino. Conducen sobre una vía que a penas en abril había sido inaugurada por el mismísimo presidente de la República. De un momento a otro, el vehículo cae cerca de cinco metros a un socavón y su única esperanza fue la llamada de auxilio al 911. Pasaron horas, múltiples horas de agonía y desesperación, ningún rescatista pudo hacer una verdadera diferencia. Ya pasaban las 15 horas de las manecillas del reloj y los cuerpos fueron finalmente extraídos con maquinaria. Asfixiados.
“Habrá responsabilidad de quién sea.” Dijo Gerardo Ruíz Esparza al arribar al lugar. ¿Y qué creen que ha pasado hasta ahora?
Exacto.
Nada.
Hoy podemos señalar culpables: el consorcio Aldesa-Epccor (constructora española, que por cierto tiene contratos millonarios, licitaciones, vayan ustedes a saber por qué), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y por supuesto a nuestro queridísimo gobernador de Morelos: Graco Ramírez (quién también tiene tela de donde contarle, pero será para otra ocasión).
Entre ellos mismos se avientan la bolita y ninguno la ha cachado hasta ahora. Cínicos. Ni una renuncia en la mesa se atrevió a poner Ruíz Esparza. Y mucho menos se le quitó los contratos que ya tenía el consorcio español. Y qué decir de la SCT.
Hoy la indiferencia hubiese sido mejor, que si bien duele esta ignorancia que nos plantan los políticos a la sociedad. En aspectos cotidianos, esta “falla y omisión”, como la calificó Ruíz Esparza, parecía ser simplemente otra ineficiencia al no tomar en cuenta el alcantarillado y el drenaje que pasa por la vía EXPRÉS. Pero resultó ser culpable de una tragedia.
Siempre nos ha dolido que el gobierno no sea nuestro, que nos ignoren y les seamos ajenos. Pero hoy sabemos (TÚ QUE LEES ESTO, POLÍTICOS, GENTE COMÚN, EMPRESARIOS) que la indiferencia e ineficiencia nos duele y lastima, pero la corrupción mata, y nos ha matado a mucha gente.
¿DÓNDE PUEDO LEER MÁS AL RESPECTO?